En España, las especies más frecuentes de cucarachas son la alemana –Blattella Germanica-, la americana –Periplaneta Americana– y la oriental –Blatta Orientalis-. Pero recientemente han sido detectados otros dos tipos de la misma familia: la cucaracha de Surinam –Pycnoscelus Surinamensis– y la cucaracha de Turquestán –Blatta Lateralis-.
Las nuevas especies de cucarachas se han detectado en macetas y jardines
Según el Boletín de la Institución Catalana de Historia Natural, la primera fue localizada en dos macetas de un edificio en Hospitalet de Llobregat. La otra se encontró en los parterres de un parque de Almería. Los expertos indican que es muy probable que la cucaracha de Surinam ya se haya instalado en la Península. De hecho se han encontrado especímenes en Canarias, Azores y Madeira. Mide hasta 25 milímetros, tiene el cuerpo negro, las alas marrones y los bordes amarillentos. Procede de la zona indomalaya y se tuvo noticia de su existencia en Hawai. Es excavadora y pasa casi toda su vida bajo tierra. Al alimentarse de plantas es muy probable que sea transportada durante el comercio de macetas.
La presencia de la cucaracha de Turquestán ha originado más sorpresa. Se extiende desde Egipto a Afganistán. En EEUU apareció como consecuencia de las operaciones militares efectuadas en esa área. Los insectos machos son marrones y amarillentos, de un tamaño menor a las hembras, que tienen tonos rojizos.
Gran potencial para establecerse y convertirse en plagas urbanas
La de Surinam prefiere los jardines de las ciudades y la de Turquestán los exteriores e interiores de las viviendas. El aumento de las temperaturas y las pocas lluvias podrían facilitar la entrada de estas nuevas plagas en nuestro país, además del auge del comercio a escala mundial.
Al ser una especie subterránea, la cucaracha de Surinam es más difícil de detectar y protege mejor sus huevos al gestarlos en el interior de las hembras. Por su parte, la cucaracha de Turquestán tiene una tasa de reproducción que dobla la de la cucaracha oriental y optaría por colonizar parques y zonas ajardinadas.
Los ejemplares que se capturaron fueron llevados al laboratorio de Mylva para su estudio. Allí se dedican al desarrollo de biocidas, disponiendo de terrarios con varias especies de cucarachas capturadas en diferentes lugares de España.
La cucaracha silvestre
La cucaracha silvestre –Blattellidae Loboptera– no es tan conocida como las especies urbanas, pero se extienden por toda la Península. Sólo necesitan lugares húmedos y abundancia de plantas para desarrollarse. Existe otro tipo de cucaracha silvestre del género Ectobius que es capaz de volar y es muy difícil de localizar. A veces aparecen en trampas destinadas a otros insectos voladores. Se distingue de la cucaracha alemana por su cuerpo casi transparente con puntos oscuros y no superan los 12 milímetros.
La cucaracha marrón con bandas
Menos habitual es la cucaracha marrón con bandas –Supella Longipalpa-, pero su presencia se da por segura en nuestro país. Pueden vivir en ambientes menos húmedos que las anteriores, de ahí su preferencia por los salones y habitaciones de apartamentos. Por el contrario es complicado encontrarla en restaurantes. Al ser carroñeras suelen abundar en hospitales, dado su gusto por los fluidos corporales y la materia en descomposición.
La cucaracha australiana
El año pasado se localizó un foco de cucarachas australianas –Periplaneta Australasiae– en el alcantarillado de Madrid. Antes habían aparecido en Canarias, Guipúzcoa y Granada. Han demostrado una alta capacidad de adaptarse al medio y podrían llegar a establecerse en España. Habrá que estudiar cómo afrontan la competencia con otras especies más abundantes. Por lo pronto, sus hembras depositan más ootecas con mayor número de embriones.
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