Recientemente se ha detectado en diversas zonas de España la presencia de la avispilla del castaño. Con el nombre científico de Dryocosmus Kuriphilus se considera la peor plaga mundial que afecta a los castaños. Proviene de China, aunque se ha distribuido por todo el mundo, en especial en el hemisferio norte.
La avispilla del castaño es otra de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
La avispilla del castaño en España
En nuestro país apareció por primera vez en el oeste de Cataluña. Después en Cantabria, Galicia y Castilla y León. También se ha localizado a la avispilla del castaño en el Valle del Jerte y la serranía de Ronda.
El poder invasivo de esta especie se debe a que las hembras son capaces de producir huevos fértiles sin la participación del macho. De este modo, se multiplican exponencialmente poniendo entre 100 y 300 huevos que darán lugar a hijas genéticamente idénticas. El problema surge cuando eligen las yemas y brotes de un castaño para desovar. De este modo se producen agallas o tumoraciones en las hojas y brotes del árbol, dentro de las cuales se alimentan las larvas. La reproducción anormal de sus células se traduce más tarde en un descenso del 80 por ciento en la producción de castañas del árbol afectado.
Asimismo, la formación de estos tumores puede conllevar otras plagas como el cancro, causado por el hongo Cryphonectria Parasitica. Éste entra a través de las agallas abiertas por la avispilla del castaño y acaba infectando sus tejidos.
Fuente: La Opinión A Coruña
Control de la avispilla del castaño
Aunque la avispilla del castaño es capaz de volar suele extenderse por nuevos territorios mediante los injertos y el transporte de madera afectada. Por esa razón se recomienda la prevención en los viveros.
Antes de vender una planta ha de ponerse en cuarentena durante un año para asegurarse de que está libre de agallas. Si éstas aparecen deben arrancarse y quemados en un lugar seguro cuando las larvas aún permanecen en su interior. En las zonas libres de avispilla es preferible no traer esquejes de castaño.
Por otro lado, los pesticidas no están resultando efectivos mientras el insecto está protegido por las agallas.
Una especie exótica para controlar su expansión
Uno de los métodos de control de plagas aplicados a la avispilla del castaño es la introducción de la avispa Torymus Sinensis. En 2017, el Ministerio de Medio Ambiente autorizó que se liberaran 133.000 ejemplares en Galicia. Pero para establecerse la suelta debe hacerse de manera continuada al menos durante 5 años.
Se trata de su depredador natural, pero a la vez es una especie exótica que podría poner en riesgo otros ecosistemas, como el del roble. Los ecologistas también temen que pueda hibridarse con otras especies. Este colectivo propone concentrar los esfuerzos en el control del transporte de material vegetal.
Algunos agricultores están optando por plantar especies de castaño que hasta ahora no han sido conolizados por la avispilla, como el tipo Castanea Pumila.
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