Se acerca la primavera y las personas que padecen alergia ya están temiendo sus efectos. Una de las causas de sus molestias son los ácaros del polvo, que habitan en todas las casas.

 

¿Qué son los ácaros?

Los ácaros no son insectos, sino que pertenecen a la familia de los arácnidos. Miden menos de medio milímetro y están distribuidos a lo largo y ancho de todo el mundo. La temperatura más apropiada para su reproducción son los 25 grados. En 25 días pasan de huevo a adulto y llegan a vivir hasta tres meses. En este tiempo son capaces de realizar dos puestas de huevos de hasta 40 unidades.

La humedad relativa es otro factor que favorece el desarrollo de los ácaros -de entre el 50 y el 75 por ciento-, así como la presencia de hongos. Los ambientes oscuros también facilitan la propagación de ácaros.

La especie que anida en las viviendas pertenece a la familia Pyroglyphidae. En España encontramos mayoritariamente las tipologías D. Pteronyssinus y D. Farinae. Se alimentan de las descamaciones de piel tanto de personas como de animales de compañía.

 

¿Dónde podemos encontrar los ácaros más a menudo?

Los ácaros del polvo doméstico abundan en nuestras casas, aunque mantengamos buenos hábitos de limpieza. En especial podemos encontrarlos en sábanas y almohadas. Pero donde encuentran el microclima perfecto es en los colchones del dormitorio. Aquí consiguen el calor idóneo que les proporcionan los durmientes. También obtienen la humedad acumulada en los colchones y su alimento, basado en escamas de piel humana. Pero podemos encontrar ácaros en otros lugares de la vivienda:

  • Alfombras y moquetas
  • Sofás y sillones
  • Muebles con revestimientos de tela
  • Muñecos de peluche

 

Calendario de los ácaros

  • En verano ventilamos los hogares más a menudo y no usamos calefacción, de modo que aumenta la humedad del ambiente y esto favorece a los ácaros. Su número se incrementa según avanza el otoño.
  • En invierno sí encendemos calentadores, contribuyendo a un ambiente más seco que hará descender la población de ácaros. Sin embargo, la falta de ventilación no contribuye a su control. De esta manera, concluiremos que la cantidad de ácaros de una vivienda se mantiene más o menos estable a lo largo de todo el año.

 

Ácaros de almacenamiento

También existen ácaros que viven en los almacenes. Son las especies Acaro Siro y Tyrophagus Putrescentiae -en depósitos de jamones o quesos-, así como Lepidoglyphus Destructor -en almacenes de cereales-. Su alimentación se basa en granos y pequeñas partículas de comida. Sin embargo, estas familias pueden aparecer en hogares con problemas de humedad.

Los ácaros de almacén son capaces de contaminar alimentos que contengan harinas enriquecidas empleados para rebozar y productos de repostería. En estos casos se han descrito cuadros de anafilaxia, que es la manifestación más grave de la alergia.

 

¿Cómo evitar y prevenir los ácaros?

Los ácaros son habitantes naturales en las viviendas. La aplicación de medidas de control ambiental puede funcionar para mejorar los casos de pacientes de asma. Sin embargo, no resulta útil para evitar la sensibilización a los ácaros.
Existen fundas antiácaros para los colchones y las almohadas. Se recomienda aspirar ambos elementos durante 10 minutos al menos una vez al mes y exponerlos al sol hasta tres veces al año.

Sábanas y mantas deben lavarse con agua caliente una vez por semana. Cortinas y sofás también requieren un repaso periódico. Si estamos ante un caso acentuado de alergia evitaremos alfombras y moquetas. También habrá que reducir la humedad relativa de la casa por debajo del 50 por ciento. Para ello podemos recurrir a deshumificadores.

Limpiaremos el polvo de los muebles con un paño húmedo para evitar que quede en suspensión. Por ello no se recomienda el uso de plumeros en viviendas de personas alérgicas. De igual forma, ventilaremos al menos media hora las habitaciones, poniendo hincapié en los dormitorios.

Existen filtros de aire que retienen alérgenos procedentes de los ácaros, así como acaricidas. Si los utilizamos, habrá que asegurarse de retirar los restos orgánicos de los ácaros muertos con las indicaciones anteriores.

 

¿Tengo alergia a los ácaros?

A día de hoy está comprobado que los ácaros son la principal fuente de alérgenos en el polvo de las viviendas. Los ácaros causantes de alergias en las personas pertenecen a la orden Astigmata. Lo que produce las reacciones alérgicas no son los ejemplares en sí, sino sus residuos fecales. Cada ácaro produce hasta 20 partículas fecales con poder alergénico diariamente. Éstas pueden causar alergia incluso después de la muerte del ácaro. Además de las heces, el exoesqueleto de los ácaros es otro inductor de reacciones alérgicas.

Está demostrado que sólo los elementos orgánicos del polvo son los causantes de alergias. Además de ácaros hallaremos esporas de hongos, bacterias, virus, polen, insectos, restos de alimentos y plantas.

Existe un condicionante genético que favorece la aparición de alergias, así como estar expuesto a ácaros o sustancias alérgenas. Los científicos llevan años cultivando ácaros y empleando sus extractos para diagnosticar alergia al polvo doméstico.

Investigaciones recientes indican que para provocar asma deben existir entre 100 y 500 ácaros por cada gramo de polvo. Se pueden detectar alérgenos procedentes de los ácaros cuando pasamos la aspiradora o sacudimos la ropa de cama. Las personas que sufren alergia a los ácaros presentan, en un 60 por ciento, rinitis o inflamación nasal, y el otro 40 por ciento, rinitis y asma. Según los estudios, la mitad de los pacientes con asma son sensibles a los ácaros.

Los ácaros suponen una fuente crónica y acumulativa de alérgenos que producen inflamación e hiperreacción de los bronquios. No son, por tanto, responsables de crisis agudas de rinitis y asma.

En nuestro país, un 5 por ciento de españoles padece asma. Las comunidades más afectadas son las costeras. Al norte, Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco. Junto al Mediterráneo, Cataluña, Valencia y Murcia. Y al sur, toda la región andaluza, además de las islas. En China, la alergia a los ácaros afecta a 100 millones de habitantes. Europeos, norteamericanos y japoneses suman otros 90 millones de alérgicos.

Las personas suelen pasar hasta un 95 por ciento del tiempo en espacios cerrados. Y nuestras viviendas acumulan más muebles hoy en día que hace unos años. Estos factores inciden en la aparición de enfermedades alérgicas respiratorias.

 

¿Cuáles son los síntomas de la alergia a los ácaros?

En el caso de la rinitis, los alérgicos a los ácaros pueden sufrir más de 10 estornudos consecutivos al levantarse. Los síntomas suelen desaparecer al salir del domicilio y vuelven a tener presencia al acostarse o manipular objetos llenos de polvo.

En el caso del asma, los pacientes sufrirán presión torácica e intolerancia a la actividad física y/o la risa. Estos síntomas se incrementan en primavera y otoño. Por otro lado, algunos científicos creen que los ácaros podrían ser responsables del empeoramiento de los casos de dermatitis atópica.

Corremos el riesgo de confundir la alergia a los ácaros con otras alergias respiratorias que tienen los mismos síntomas:

  1. Sibilancia o sonido al respirar
  2. Tos
  3. Picor en la nariz y mocos
  4. Picor de ojos e hinchazón
  5. Eccemas en la piel
  6. Dificultad para respirar

 

Remedios contra la alergia a los ácaros

El médico puede recetarnos medicamentos para aliviar los síntomas de la alergia a los ácaros. Dependiendo del paciente también recomendará la aplicación de vacunas hiposensibilizantes. No obstante, un remedio fácil y rapido para aliviar las molestias de la alergia es pasar tiempo al aire libre. Allí la concentración de ácaros del polvo es mucho menor que en interiores.

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