Galicia fue la primera comunidad española en sufrir los estragos de la avispa asiática. Por ello se encuentra a la vanguardia en la lucha contra la Vespa Velutina.

La avispa asiática ha llegado para quedarse… y propagarse

 

Se sospecha que la avispa asiática pudo llegar a Europa a bordo de un carguero de madera procedente de Shangai. La voz de alarma se dio en Francia en 2004. En España se tuvo noticia de ella ya en el año 2010.

Joan Pino, del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales de Barcelona, resalta el hecho de que la avispa asiática se alimenta de abejas. La Vespa Velutina las atrinchera en la colmena dejándolas sin comida para después capturarlas en vuelo. Las decapita y se queda con las partes más ricas: el tórax y el abdomen.

La primera aparición notificada en España de la avispa asiática fue en Pontevedra. Desde allí se ha ido expandiendo hasta 17 provincias del norte peninsular. Se calcula que para el año que viene habrá colonizado todo el mapa español.

Galicia tiene un clima que favorece el desarrollo de la avispa. En O Porriño dos personas murieron por su causa. El servicio de Urgencias trata con mucha frecuencia casos de picaduras y alergias a la avispa asiática. La Concejalía de Medio Ambiente afirma que su presencia ha motivado una reducción de la producción de miel de hasta el 50%.

 

Trampas, drones, aspas electrificadas y explosivos contra la avispa asiática

El Ayuntamiento de la localidad pontevedresa ha invertido 7.000 euros en 500 trampas diseminadas en zonas estratégicas. El problema es que contienen una sustancia que atrae a otros insectos, pero no abejas. También se han usado drones para inyectar veneno en los nidos más inaccesibles. Con estos sistemas han conseguido que la población de la avispa asiática haya disminuido a la mitad desde que se pusieron en marcha.

Otros apicultores han optado por métodos importados de Francia, como las aspas electrificadas. Son unas rejillas de alambre que dejan pasar a las abejas pero no a las avispas. Éstas son electrocutadas cuando intentan acercarse a las colmenas al ser de mayor tamaño.

Lolo Andrade pertenece al cuerpo de Protección Civil de Cambre (A Coruña) y es considerado el mayor exterminador de avispas de España. Se calcula que ha acabado con 5 millones de ejemplares. Reconoce que casi el 100% de los avisos en su zona se deben a la avispa asiática. Ha tenido que enfrentarse a nidos localizados en sitios remotos como cascos de moto, botas, casetas de niño, alfombra o colchones. Según él, la progresión de esta avispa en su área de acción ha sido de un 1.000%.

Para eliminarlas emplea un sistema de explosivos, que instala en el nido usando un cable, una pértiga y una pica. Posee el carnet de experto pirotécnico y antes de detonar la carga se coloca protección en los oídos. Se trata de un sistema rápido y efectivo: tras la explosión controlada no queda ni una avispa viva.

La Universidad de Santiago de Compostela es la única de España que estudia cómo acabar con la avispa asiática. Han sintetizado dos feromonas para captar al macho con el propósito de que no fecunde a las reinas. Sus investigadores confían en que la abeja desarrolle maneras de defenderse de ella, pero el tiempo en la naturaleza va más despacio. Se sabe que en lugares donde la avispa se ha asentado, las abejas han aprendido a reunirse entre ellas para aumentar la temperatura y matar a la avispa por sofoco. Estiman que cada año, la plaga se extiende 50 kilómetros.

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