Lo más habitual cuando comprobamos la presencia de cucarachas en nuestro hogar o negocio es recurrir a insecticidas de venta libre. Los aerosoles o trampas-cebo son los métodos más empleados para acabar con estas plagas. Pero hemos de tener en cuenta una serie de precauciones a la hora de usarlos.

Verónica Goldaracena, del Centro de Toxicología del Hospital San Roque remarca:

“Todos los plaguicidas son tóxicos, desde los de uso agropecuario hasta los de uso doméstico. Nos intoxicamos cuando hacemos un mal uso.”

En caso de intoxicación, ya sea por vía oral, por absorción a través de la piel o los ojos o por respiración, los síntomas más frecuentes son:

  • Falta de aire
  • Tos
  • Reacciones en la piel
  • Vómitos
  • Diarreas
  • Dolor de cabeza
  • Irritación ocular

Especial cuidado con bebés, embarazadas, ancianos y mascotas

Patricia Lucero, otra experta en este campo, incide en poner especial cuidado con los bebés, las embarazadas y los ancianos. Los primeros están más expuestos al inhalar más aire que los adultos y tener los órganos aún en desarrollo. Y se ha llegado a relacionar la utilización de insecticidas de las gestantes con el incremento de la leucemia infantil.

Cabría añadir que las mascotas también son muy vulnerables a estos productos, sobre todo los peces. En este sentido, el diseño de las trampas-cebo y las cintas adhesivas suponen menos riesgo para estas poblaciones, aunque ciertas especies han desarrollado la capacidad de evitarlas.

Limitaciones de los insecticidas contra cucarachas

Los aerosoles son efectivos cuando la plaga aún no se ha extendido al contener insecticidas de corta duración. Si son productos de contacto habrá que rociar directamente a las cucarachas para que funcionen. Pero es complicado controlar el residuo que sueltan, ya que permanecen en el aire y pueden ser dañinos para quien los aplica.

Asimismo, los venenos para cucarachas diseñados para el uso doméstico, en su mayoría contienen una porción mínima del principio activo, de manera que resultan caros. La Organización Mundial de la Salud los clasifica por colores en orden decreciente de toxicidad: rojo, amarillo, azul y verde. El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social dispone de un registro de plaguicidas no agrícolas que puede consultarse online.

Los estudios demuestran que no se produce un buen control de plagas cuando sólo se usan estos rociadores. Suponen sólo un alivio temporal y es necesario aplicarlos de forma repetida en lo que los científicos llaman “ciclo de dependencia insecticida”.

Otra medida que debemos tomar cuando usemos insecticidas contra cucarachas es lavarnos después las manos y la cara. En ningún caso se recomienda fumar, comer o beber durante la aplicación del veneno. También se aconseja usar ropa protectora.

ANECPLA, la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas, ha detectado un descenso en el uso de insecticidas debido a las restricciones, el cambio de mentalidad y la introducción de productos fitosanitarios en el sector, en beneficio de los sistemas de monitorización de equipos especializados.

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